Untersteiner (in The Sophists) ha mostrado cómo Gorgias transfirió una antigua noción pitagórica, de carácter ético y metafísico, a la esfera estética. Para los pitagóricos kairós era la manifestación, en el terreno de la relaciones y comunicación humanas, de la doctrina de los opuestos que, unidos en armonía, dan vida al universo. Las relaciones humanas, variables según la edad, cargo, parentesco o estado mental, son expresión del kairós y su aliado dikaion. Kairós es, desde este punto de vista, un concepto ético ambivalente. Píndaro reconocía tal ambivalencia, al rechazar los mitos engañosos y defender un concepto de kairós consistente en la elección del momento oportuno en que las cosas, en intima conexión y relación, pueden ser conocidas y dispuestas en su lugar exacto y de acuerdo con su significado. La recta elección del kairós convierte al poeta en interprete de un acontecimiento, al otorgar validez universal y capacidad ejemplar a cada situación particular que celebra en su canto. Píndaro se concentra en el kairós que es verdadero (Nemeas VII, 22), eliminando el conflicto entre verdadero y falso. Kairós es belleza (kháris) y verdad. Esquilo, por el contrario, intuyó las contradicciones radicales de la existencia. Los dioses, por ejemplo, se sirven, a veces, de "un engaño justo" o reconocen un valor en el uso oportuno de una falsedad. Este engaño divino, identificado con dikê, que se cumple con una necesidad inexorable, es trasunto de la irracionalidad del universo. Gorgias comprendió el carácter esencial, metafísico y estético, del fenómeno poético, al atribuirle como su agente creador básico el motivo del engaño (apátê), aceptando su irracionalidad así como la necesidad de imponerlo. El arte es un mero trasunto de la multiplicidad del mundo real, la poesía una confesión de la irracionalidad del universo. Gracias al kairós el lógos se convierte en un poderosísimo instrumento de convicción e ilusión, capaz de inducir miedo, consuelo, tranquilidad, placer, piedad. Mediante sus enormes poderes de persuasión el lógos se eleva sobre la dóxa y se convierte en el determinante de las acciones humanas.
Antonio Melero Bellido, Sofistas : Testimonios y Fragmentos
[Gorgias A. Vida y doctrina : nota 29 | Ed. Gredos]
[Gorgias A. Vida y doctrina : nota 29 | Ed. Gredos]
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